lunes, 29 de octubre de 2007

Del por que algunas mermeladas no se pueden abrir..

El hijo del demonio pasa la cortadora de césped los dias de lluvia…
Duerme como cordero y va a las mismas fiestas que yo…
Y nos reimos y me rio…
Y me cuenta que profundo es el océano…
Que agotador que es afilar los dientes siempre para otra ocasión…

Los peces nadan en el aire de esta pecera mientras mi amigo tiene colicos…
Y me parece desparejo esta fria imperfección de rematados bienes al servicio del desprestigio…
Y se enfrian y me enfrio como un sueño a las 9 de la mañana…
Como el rocio conversando con la clandestinidad…
Estas perlas sudadas por faunos no iran a parar a ningun otro collar…

Nos cortamos el pelo demasiado corto esta vez…
Nos fascinaba espiar dentro de cañones dormidos…
Y dejar que las sombras se enrieden en la mirada voyeaurista..
Y cepillarnos los dientes pensando en la Caterva de Filloy..
Esta impertinencia ominosa deja un rastro apenas perceptible…

Estas muy raro para ser las 9:23 de la mañana…

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