sábado, 6 de octubre de 2007

Mientras me pinto las uñas..

No tuve muchos presagios acerca de aquel rayo de sol que heria el cristal de mi ventana...
Le dedique unos minutos a su piel y despues me acorde que debiamos pensar en lunas mojadas en una misma copa de vino...
El silencio fue una fatalidad que el camino encargo por delivery...
Era bonita como la sangre de las palomas, como Colonia atravesada por el viento, como dinamita bajo la almohada de Dios, como eucaliptus ardiendo en alguna espesa calle de incertidumbre y sal...
Y nos cansabamos de la voracidad..
Y no hubo oportunidades de perseguir el breve incumplimiento que el pasado habia dejado escrito en pupitres sino que fue una nueva partida, un ignorar por caduco el rencor de goma espuma y mirar con ojos frescos la faena por venir...

Amarre con hambre a la oscuridad de su lago...
Un viaje de 10 años con olas en el aire y nubes en forma de conejos muertos...
Nos perdimos con el arrojo del que cree que para encontrar algo primero hay que perderlo..
Ella se interesaba en las plumas destacadas por la inverosimilidad del sentimiento por sangrar..
Yo la imaginaba como una suerte de escorpion escondida en el bolsillo de un niño..
Un cesped pisado por sentimientos descalzos de sentimientos..
Apago su grito como una ortiga en la mano de un jardinero gustoso de Sade...
La primavera arrojo su crimen a nuestras manos y si me rei fue de puro inconsiente y cada vez que respiraba sentia la inmediatez de una tempestad en nuestras copas de vino..
Tempestad que uniria babor y estribor, que azotaria con miradas desvestidas la gula por llover sobre el otro..
Nunca fui visitado por un pecado de ojos tan claros...
Y deje que las sabanas devore su cuerpo y entre sueños me levante 4 veces al baño..
Por supuesto que el cielo no acepta imitaciones por lo que dejamos que la situacion se extinguiese por la limitacion ilimitada del tiempo...

Hagamos del cielo un coliseo incendiado.

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